¿Qué hacer cuando termino de pagar mi hipoteca?

Una vez que una persona alcanza a pagar la última cuota de su préstamo hipotecario, ¡es hora de cantar victoria! Y es que, en este punto, ya verificó su saldo deudor (que es cero) y leyó esa frase que todo deudor hipotecario desea recibir en la última notificación que le envía su banco: “pagado en su totalidad”. Si este es tu caso, quizá te preguntés ”¿y ahora qué?» «¿qué debo hacer cuando termino de pagar mi hipoteca?». A continuación te lo contamos todo.

Tu vida financiera comenzará a tomar otro rumbo. Piensa que ese dinero que pagabas en cada cuota, ahora pasará a tu cuenta de ahorros o incluso a algo mejor. 

¿Qué hacer cuando termino de pagar mi hipoteca?

Cuando terminas de pagar tu hipoteca, estás más cerca del final de un cuento feliz. Pero todavía falta. Hay una serie de documentos que deberías recibir por correo postal para considerarte libre de deudas y además, también habrán algunas responsabilidades que tendrás que asumir ahora que el banco perdió su derecho de retención sobre tu casa.

Aunque este proceso se efectúa en todo el país, varía dependiendo del estado, del prestamista hipotecario y del tipo de hipoteca que hayas solicitado. No obstante, no será difícil encontrar los detalles una vez que hayas terminado de pagar el préstamo.
 
¿Qué hacer cuando termino de pagar mi hipoteca?

¿Qué documentos obtengo después de pagar la hipoteca?

Vamos a comenzar hablando de qué documentos deberías recibir después de saldar la deuda de tu casa. Aquí, muchos consumidores se preguntan qué sucede con las escrituras de la propiedad y, por supuesto, si recibirán oficialmente el título de la vivienda. Y puede que tengas razón. De hecho, lo primero que debes hacer después de pagar la hipoteca es verificar que el banco o prestamista te ha enviado una carta con varios documentos clave, como los siguientes:

  • El pagaré con la leyenda “cancelada”.
  • Un certificado de satisfacción emitido por la entidad prestamista.
  • La hipoteca cancelada o la escritura de fideicomiso.
  • Una declaración bancaria que muestra que el saldo del préstamo se ha pagado en su totalidad.

Ahora, vamos a profundizar en lo que significan algunos de estos documentos. Si lo recuerdas, cuando pediste tu hipoteca debes haber firmado un pagaré que, a grandes rasgos, afirmaba tu compromiso de pagar el préstamo otorgado por el banco o cooperativa de crédito en un número determinado de años y a una tasa de interés específica, ¿cierto? A esto se le conoce como el documento hipotecario o la escritura de fideicomiso, una especie de contrato que le otorga a tu prestamista un interés y un derecho legal sobre tu propiedad.

Este documento debería haberse presentado en la oficina local de registros de tierras de la ciudad o condado donde está ubicada la casa. El deber de registro recae sobre el prestamista y se realiza una vez que solicitas (y te aprueban) el préstamo.

¿Cómo consigo la escritura de mi casa?

Una vez que hayas pagado el préstamo hipotecario, el prestamista está obligado a enviarte por escrito el pagaré original con la frase “pagado y cancelado” o algo similar a esto. Esta especie de leyenda es lo que indica explícitamente que te has hecho cargo de la deuda y que la has pagado satisfactoriamente. Casi al mismo tiempo, el prestamista debería haberle enviado también un certificado de satisfacción al registro inmobiliario para que procedan a liberar la hipoteca, a eliminar las notas marginales de reserva y a actualizar los registros públicos.

Es así como la escritura terminaría demostrando que eres el único propietario de la vivienda y que ya no hay ningún derecho de reclamo o de reserva sobre ella. Sin embargo, debes asegurarte que este procedimiento se realice efectivamente. Piensa que no todos los prestamistas efectúan este proceso con rapidez y esto podría dar lugar a errores o a omisiones que te costarían muy caro en el futuro.

Otra cosa que puede pasar es que el prestamista te haga llegar por correo postal el certificado de satisfacción en vez -o en conjunto con- tu pagaré. Si ese es el caso, prácticamente la obligación de presentar estos documentos ante la oficina de registros ahora recae sobre ti.

Consejo: Independientemente del tipo de préstamo que hayas solicitado y de cuánto confíes en tu prestamista, te aconsejamos visitar la oficina de registro público para verificar que la hipoteca ha sido completamente liberada y que no hay indicios de ningún gravamen sobre la casa.

Recuerda: Si tu hipoteca incluía una línea de crédito, es posible que el prestamista no la cancele de inmediato, ya que aún podrías obtener dinero prestado del banco usando tu casa como garantía. En ese caso -y si no deseas hacer uso de la línea de crédito- lo que deberías hacer es comunicarte con la institución financiera para pedirles la terminación del contrato.

¿Qué hago si no recibí el pagaré cancelado o el certificado de satisfacción?

Si no has recibido un correo del banco con tu pagaré original cancelado o el certificado de satisfacción dentro de un par de semanas después del pago, te sugerimos lo siguiente:

  • Ponte en contacto con tu prestamista para solicitarle la divulgación de los documentos.
  • Obtén la documentación original relacionada con la hipoteca, el contrato de préstamo y cualquier otro dato, comunicación o recibo conexo; organízalo todo y guárdalo en un archivo.
  • Verifica con tu oficina local de registros que la hipoteca ha sido debidamente cancelada para no llevarte sorpresas a futuro.
Además de comunicarte con la oficina de registros, es posible que desees pedir tu informe de crédito para confirmar también que el banco le envió una notificación a las principales agencias de crédito del país diciéndoles que ya no hay un préstamo hipotecario pendiente a tu nombre. Recuerda que puedes hacer esta verificación una vez al año de forma gratuita en cualquiera de los burós de los Estados Unidos.
 

¿De qué soy responsable ahora que terminé de pagar mi hipoteca?

Cuando cerraste la compra de tu casa, tu prestamista probablemente te exigió que pagaras una cantidad adicional de dinero cada mes como depósito en garantía. Este dinero suele destinarse a una cuenta aparte y sirve para pagar los impuestos a la propiedad y las primas de seguro. Pero ahora que has pagado la totalidad de tu préstamo, deberás asumir estas responsabilidades por tu cuenta.

Afortunadamente, es posible que tu prestamista te haya obligado a pagar una cantidad ligeramente mayor de la necesaria. Por ende, te recomendamos que verifiques si queda algún exceso de fondos en esa cuenta de depósito en garantía y que le pidas a tu prestamista (si no lo ha hecho voluntariamente) que te envié un cheque por ese monto.

Consejo: Pase lo que pase, asegúrate de preguntarle a tu prestamista si queda dinero en la cuenta de depósito en garantía y, sobre todo, la fecha en la que te enviará el reembolso. Usa ese monto para depositarlo en una cuenta bancaria de ahorros -preferiblemente, de máximo rendimiento- que después te servirá para reunir todo el dinero relacionado con los gastos inmobiliarios, como por ejemplo, el pago de los impuestos.

Otro consejo que puedes aplicar es guardar esa misma cantidad de dinero cada mes en esa cuenta para que siempre tengas cómo pagar tus impuestos. Piensa que este monto debería ser fácil de reunir mes a mes.

No olvidar pagar los impuestos a la propiedad

Ahora que ningún prestamista está ahí para pagar tus impuestos a la propiedad, deberás hacerte cargo directamente de ello tal como lo establezcan las leyes de impuestos a la propiedad de tu estado o condado. Recuerda que no todos los estados recolectan los impuestos a la propiedad de la misma forma. Algunos solo lo hacen una vez al año, mientras que otros exigen un pago trimestral. 

Investiga muy bien cuál es el procedimiento que aplica en tu localidad y elabora un cronograma de pagos para no atrasarte con ninguno de ellos.

Actualiza tu póliza de seguro

Tan pronto como termines de pagar tu hipoteca y obtengas la escritura de la vivienda, comunícate con la compañía de seguros para informarles que eres el único propietario del inmueble. Este es un paso sumamente importante, ya que cualquier titular de la póliza tiene derecho a un pago en caso de problemas.

Por ejemplo, si no actualizas esta información y tu propiedad presenta algún daño sujeto a reclamo, puede que la empresa le envíe al banco una parte del dinero que te corresponde. Por supuesto, podrás hacer el proceso de actualización en ese momento, pero demoraría aún más causándote así muchos inconvenientes.

Consejo: Configura los pagos de las primas futuras para que se deduzcan de tu propia cuenta bancaria de forma automática. Es importante también que evalúes si esa póliza te conviene. De no ser así, pide algunos presupuestos en diferentes aseguradoras y cámbiate de seguro.

Algunos propietarios prefieren dejar de pagar la póliza porque consideran que no es necesaria. Si este es tu caso, recuerda que si alguien se cae dentro de tu propiedad o tu mascota muerde a alguien, podrían declararte responsable en una demanda judicial. Piensa que este seguro está diseñado -además- para proteger tu inversión. Si un incendio o terremoto te deja sin casa y no tienes seguro PMI, podrías perder tu propiedad y todo lo que haya estado dentro de ella.

Nota: Esta pérdida podría ser relevante si estás a punto de jubilarte. Por eso te recomendamos que no dejes de tener una póliza que asegure tu vivienda. Lo que puedes hacer si piensas que el monto de la prima es demasiado alto, es pedirle a la aseguradora que te haga algún descuento. Muchas empresas ofrecen rebajas a las personas que han pagado la hipoteca en su totalidad o están en puertas de la jubilación.

¿Qué hacer con el dinero extra ahora que ya termino de pagar mi hipoteca?

Ahora que retomaste la dirección de tu vida financiera y que puedes ahorrarte ese dinero que solías destinar al pago de la hipoteca, debes tomar una decisión importante: ¿qué hacer con ese excedente mensual? Puede que la idea de utilizar estos fondos para renovar tus equipos de electrónica o tomarte unas merecidas vacaciones sea tentadora, pero piensa también que podrías emplearlo de otra manera.

Si buscas ideas financieras para no derrochar el dinero, te dejamos tres consejos que puedes implementar:

Usa ese excedente para pagar tus deudas

Ahora que ya no tienes la deuda de la hipoteca a cuestas, podrías usar el dinero que destinabas mes a mes al pago del préstamo para ponerte al día con todas tus deudas. Comienza cancelando aquellas que estén sujetas a una alta tasa de interés, como los saldos de las tarjetas de crédito. Una vez que termines de pagarlas, pasa a la deuda siguiente y así hasta terminar de pagarlo todo por completo.

Aunque decirle adiós al pago del préstamo de la hipoteca es liberador, te sentirás aún mejor al estar libre de deudas.

Fortalece tu fondo para emergencias

Cada familia debe contar con un fondo de emergencias que actúe como una red de seguridad ante cualquier imprevisto. El dinero de este fondo puede ayudarte a pagar alguna factura médica inesperada, una reparación bastante costosa en el hogar o incluso vivir de cuatro a seis meses sin problemas en caso de perder tu empleo.

Si aún no tienes un fondo de este tipo, ¡abre una cuenta de ahorros de alto rendimiento y comienza a construirlo! Este fondo de emergencia debería ser equivalente a cuatro o seis meses de los ingresos familiares. 

Nota: Si ya tienes un fondo de emergencia, fortalécelo con más dinero. Piensa que tener una cantidad de efectivo lo suficientemente grande como para vivir unos ocho meses sin empleo será mucho mejor que seis.

Destínalo a la jubilación o a otras inversiones

Si ya estás al día con las deudas y tienes un robusto fondo de emergencia, tu próxima prioridad financiera debería ser asegurar el fondo de la jubilación. Si aún no lo has hecho, utiliza el dinero extra para maximizar tus contribuciones anuales en la cuenta IRA.

Cada individuo menor de 50 años puede invertir hasta $5,500 en un Roth o en un IRA tradicional, y en caso de ser mayor de 50 años, puede hacerlo hasta con $6,500. Si tu empleador ofrece un programa 401 (k) e iguala tus contribuciones, asegúrate de establecer un monto que sea lo suficientemente alto como para aprovecharte de ello. 

Si lo prefieres, además de asegurar tus ahorros para la jubilación, puedes fortalecer otros instrumentos de inversión y ahorro que te interesen, como:

  • Aumentar los fondos para reemplazar tu vehículo por uno nuevo.
  • Ahorrar en una cuenta para irte de vacaciones con la familia al momento en que te jubiles.
  • Pagar la matrícula universitaria de tus hijos.

Cuando todas tus prioridades financieras estén en orden y hayas satisfecho efectivamente todas las deudas, es hora de recompensarte por haber cumplido tus metas financieras. Puedes hacer un viaje con tu seres queridos o participar en una organización benéfica que trabaje por algo que sea significativo para ti. Recuerda que has trabajado muy duro para llegar hasta aquí: ahora es momento de sentarte y disfrutar tu triunfo.

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Redactora en Créditos en USA

Jessica es abogado en la práctica, economista de corazón.
Actualmente es escritora todo terreno en Créditos en USA, en donde redacta artículos sobre diversos temas, desde cómo invertir y ahorrar con éxito hasta las claves para ganarle al Tío Sam. Todos los días sale a buscar las mejores cuentas bancarias, préstamos y tarjetas de crédito para ti; exponiendo sus ventajas y desventajas para que puedas tomar la mejor decisión para tu bolsillo.

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