Antes de pedir un préstamo, muchos consumidores se fijan en la tasa de interés. No obstante, esta práctica no es tan efectiva como se cree. Y es que un crédito a una tasa atractiva no necesariamente es el mejor del mercado financiero. Recuerda que los préstamos y líneas de crédito pueden estar sujetos a otros costos, como tarifas y comisiones conexas. Una mejor manera de saber qué tan conveniente es un préstamo es mirar el APR.
El APR permite que cualquier persona sea capaz de descubrir con un grado de certeza bastante alto cuánto pagará en total por concepto de intereses, tarifas y comisiones.
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Pero, ¿qué es el APR y qué significa?
El porcentaje de tasa anual (APR o Annual Percentage Rate) es, en pocas palabras, cuánto cuesta pedirle una cantidad de dinero prestada al banco o a un prestamista. A excepción de las tarjetas de crédito (en las que la tasa de interés y el APR es lo mismo) el porcentaje de tasa anual toma en cuenta otros factores, además del interés. Por ejemplo, la mayoría de los bancos suele incluir en su APR el cobro de tarifas anuales, comisiones iniciales, gastos de cobranza, entre otros.
¿Qué tarifas se suelen incluir en el APR?
La primera forma es preguntarle directamente al agente bancario. Los representantes de las instituciones financieras están obligados a responder las preguntas y dudas comunes de los clientes. La segunda, es dirigiéndose a la sección de “tarifas y comisiones” de la página oficial del banco. La mayoría de los bancos cuentan con un apartado descriptivo publicado en su sitio web en el que detallan no solo las tarifas y comisiones incluidas en el APR de cada préstamo o línea de crédito, sino además el método de cálculo (a 360 días o a 365 días, por ejemplo).
Y la tercera forma es leyendo el contrato de adhesión antes de firmarlo. Las instituciones de la banca deben incluir por ley las tarifas y comisiones del APR dentro del contrato de préstamo, así como cualquier otro dato que sea importante, como el plazo de pago, intereses de mora, penalizaciones, etc.
¿Por qué es importante analizar en el APR?
Por ejemplo, si solicitas un préstamo de $10,000 pagaderos a 180 días, el APR incluirá la suma total de las cuotas que se abonarán al capital, los intereses generados sobre la base del préstamo, los gastos de cobranza, el cobro de la tarifa inicial (de existir), entre otros.
Por ende, tendrás un monto estimado bastante cercano al que terminarías pagando al finalizar el plazo de pago, por supuesto, siempre y cuando canceles a tiempo todas las cuotas del préstamo.
¿En qué tipos de instrumentos financieros puedes encontrar el APR?
Sin embargo, debes tener cuidado: algunos tipos de créditos cuentan con más de un APR. Por ejemplo, cuando recibes la oferta de una nueva tarjeta de crédito en tu correo electrónico, se detallan diferentes APRs:
- APR de penalizaciones.
- APR para pedir anticipos en efectivo.
- APR para compras y pagos físicos o en línea.
- APR para la transferencia de saldo entre tarjetas.
¿Nuestra recomendación? Antes de firmar cualquier contrato (o de aceptar una nueva tarjeta de crédito) es importante que te asegures si tiene un APR o varios. Calcula y compara cada uno de ellos con otros instrumentos financieros del mercado y así sabrás qué tan beneficioso es para ti aceptar o no esa oferta.
Fórmula para calcular el APR de forma fácil y rápida
Aunque a simple vista parezca difícil, calcular el APR es bastante simple. Tan solo tendrás que identificar las tarifas y comisiones asociadas al préstamo, la tasa de interés, el monto del préstamo y su duración, es decir, el plazo que te otorgará el banco para pagar la deuda. Para ayudarte, te dejaremos la fórmula del APR. Así, podrás calcular tú mismo los APRs de los instrumentos financieros en los que estés interesado. En caso que tu préstamo no tenga tarifas asociadas -algo que es muy raro de encontrar- puedes reemplazarlo en la fórmula con un cero.
[{(Tarifas + monto total de intereses / capital del préstamo) / plazo del préstamo en días} x 365 ] x 100
Veamos cómo se aplica la fórmula tomando en consideración el mismo ejemplo anterior. Supongamos que solicitas un préstamo de $10,000 pagaderos a 180 días y que la suma total de intereses es de $750. Además, el banco te cobrará una comisión por la solicitud equivalente a $25 y un 3% por gastos de cobranza ($300). Entonces:
- Primero, suma los intereses ($750) con las tarifas y comisiones ($300 + $25) = $1,075.
- Ahora, divide el resultado entre el monto del préstamo, $10,000 = 0.1075
- Para seguir, divide el cociente entre el plazo del préstamo en días (180) = 0.00059722
- Multiplica el resultado por 365 días = 0.2179
- Para finalizar, multiplica 0.2179 por 100 para obtener el porcentaje = 21.79%
En el ejemplo, el APR de tu préstamo será del 21.79%, lo que significa que terminarás pagando unos $12,179.80 entre capital, intereses, comisiones y tarifas. ¿Qué quiere decir esto? Que pedirle $10,000 a ese banco a través del instrumento financiero que te está ofreciendo le costará $2,179,80 a tu bolsillo.
¿Hay diferentes tipos de APR?
De hecho, sí. En la mayoría de los casos, los APRs se dividen en fijos y variables. Veamos de qué se trata:
- APR fijo. Significa que el APR no variará durante el plazo del préstamo o, lo que es lo mismo, que no está sujeto a un índice específico. Por ende, calcular en APR fijo es mucho más preciso.
- APR variable. Tal como su nombre lo indica, los APRs variables pueden cambiar durante el plazo del préstamo porque están vinculados a un índice de interés, como la tasa preferencial publicada en el Wall Street Journal (Wall Street Journal Prime Rate). Lo que esto quiere decir es que cada vez que el índice suba, el APR también lo hará y viceversa.
Aunque muchos huyen de los APRs variables, no tienen por qué ser necesariamente negativos. Recuerda que si el índice al que está sujeto baja en el futuro, entonces saldrás beneficiado. Por supuesto, esto es una espada de doble filo porque también podría aumentar.
Pregunta rápida: ¿qué factores toma en cuenta el banco para fijar la tasa de interés?
Los porcentajes de tasa anual están estrechamente ligados a la tasa de interés. Pero, ¿a qué factores está sujeta la tasa de interés? Teóricamente, lo que determina que tu tasa de interés sea alta o atractiva es el tipo de préstamo y el riesgo. Por ejemplo, las hipotecas suelen tener una tasa de interés baja, ya que son pagaderas a más de 20 años. Sin embargo, las tarjetas de crédito se han coronado como una de las más altas en cuanto al interés se trata.
¿Y qué hay del riesgo? El riesgo se calcula a través del informe de crédito de un cliente. Cuando el banco analiza tu calificación crediticia es capaz de determinar qué tan buen deudor eres y, por supuesto, tendrá una idea de tu estado de solvencia financiera. Por eso las personas que cuentan con un excelente puntaje de crédito acceden a préstamos y líneas de crédito con las tasas de interés más bajas del mercado, mientras que otros clientes menos solventes o con notas de mora e impagos en sus informes, están sujetos a la tasa de interés máxima.
¿Puedo comparar el APR de una tarjeta de crédito con el de una hipoteca?
En esencia, no. Normalmente, los APRs se comparan entre un crédito de la misma clase. Ahora bien, sí puedes usar el APR para determinar qué solución financiera te conviene más ante el pago de una deuda. Por ejemplo, imagina que quieres comprar una nueva computadora de $3,500 y no sabes si pedir un préstamo personal para adquirirla o pagarla a través de tu tarjeta de crédito. En este caso, podrías comparar los APRs de ambos para darte una idea de cuál método de pago te resultaría menos costoso.
Sin embargo, lo más recomendable en este caso sería solicitar una tarjeta de crédito con un APR inicial al 0%. De esta forma, podrás llevarte tu computadora sin pagar intereses durante un plazo determinado.
En conclusión
El APR es un factor financiero que te permitirá descubrir qué tan costoso podría salirte un crédito o préstamo bancario. Esencialmente, es muy útil, ya que con él podrás comparar entre distintos préstamos y formas de pago. Usar esta información a tu favor te permitirá tener un mayor control sobre la deuda, en especial porque sabrás de antemano cuál será el monto total que deberás pagarle al banco al finalizar el contrato.
Aunque los APRs variables son tentadores, lo mejor es decantarse por uno fijo (que es mucho más preciso) y, de ser posible, en un banco que te informe con total transparencia qué tarifas y comisiones están asociadas a él.
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Jessica es abogado en la práctica, economista de corazón.
Actualmente es escritora todo terreno en Créditos en USA, en donde redacta artículos sobre diversos temas, desde cómo invertir y ahorrar con éxito hasta las claves para ganarle al Tío Sam. Todos los días sale a buscar las mejores cuentas bancarias, préstamos y tarjetas de crédito para ti; exponiendo sus ventajas y desventajas para que puedas tomar la mejor decisión para tu bolsillo.